Como diseñador gráfico autónomo, tu portafolio es tu orgullo y alegría. Uno bien construido muestra tu capacidad de diseño. También refleja tu forma de pensar, tu flexibilidad y cómo puedes trabajar con clientes y colaboradores potenciales.
Un portafolio debe incluir detalles sobre tu trabajo y quién eres. Debe personalizarse para cada cliente potencial y destacar su experiencia con una presentación distintiva. Evita todo aquello que no destaque tu trabajo, que no esté relacionado con él y que revele toda tu autobiografía. Seguir estas sugerencias te ayudará a hacer crecer tu negocio de diseño gráfico y a destacar entre los millones de diseñadores que solicitan los mismos trabajos.
Qué incluir en un portafolio de diseño gráfico
Lo más importante que debe hacer tu portafolio es mostrar tu talento, demostrar que eres adecuado para un puesto concreto y ayudar a que la gente se ponga en contacto contigo. Incluye un formato fácil de leer, redes sociales con datos de contacto, ejemplos claros de tu especialidad y un toque personal.
1. Formato fácil y sencillo
Tienes varias opciones entre las que elegir a la hora de decidir el formato de tu portafolio. Los formatos más comunes para los diseñadores gráficos autónomos son los PDF o los creadores de sitios web como Wix, Weebly o Squarespace. Estas opciones son fáciles de usar y vienen con muchas plantillas que puedes utilizar como punto de partida, pero destacarás más si las personalizas para mostrar tus habilidades. Una vez que esté en perfectas condiciones, prueba tu presentación enviándosela a un amigo para asegurarte de que puede acceder a ella sin problemas. El objetivo es confirmar que es fácil navegar sin tener que solicitar acceso, descargar o esperar horas a que se cargue un proyecto.
Tener un portafolio impreso es una buena opción secundaria. Es un formato que algunos diseñadores gráficos autónomos no tienen en cuenta. Si tienes una entrevista presencial, presentar al entrevistador una copia física de tu portafolio puede causar una impresión duradera.
Para un formato sencillo, incluye un pequeño grupo de proyectos en tu portafolio. Cada uno debe expresarse con valentía, pero sin dejar de ser comprensible, así que nada de sagas de diseño de 40 partes, a menos que ese sea el tipo de proyecto al que te estás postulando.
2. Redes sociales & información sobre usted
Aprovecha el poder de las redes sociales para que tu portafolio de diseño gráfico siga siendo visible y relevante. Les dará a los posibles colaboradores la oportunidad de conocerte más a fondo.
Añadir plataformas relacionadas con tu trabajo de diseño gráfico puede ayudar a que tu portafolio destaque. Crearán conciencia de marca y mostrarán tu excelente trabajo, lo que te llevará a ser más confiable, visible y dedicado.
La incorporación de las redes sociales ofrece un espacio para la colaboración. En el proceso, puedes recibir comentarios y aumentar tu número de seguidores que aman y apoyan lo que haces. Añade también las redes sociales a la lluvia de ideas, ya que el diseño gráfico es un sector muy dinámico en el que los cambios son constantes. Esto te ayudará a mantenerte al día y a ser innovador en tus diseños.
Junto con las redes sociales, incluye una breve sección«Acerca de mí » con información de contacto y una llamada a la acción para dar a conocer tu trayectoria. Escribe textos breves, sencillos y atractivos que animen a la gente a querer trabajar contigo. Incluye tu nombre, trayectoria, experiencia, logros y lo que te motiva a crear un trabajo de calidad. Lo último que quieres que vean los clientes potenciales es tu información de contacto. Que eso sea el final de tus plataformas de redes sociales, el punto en el que estarán listos para hablar contigo directamente.

3. Demostración de tu especialidad
Tu especialidad como diseñador gráfico autónomo es una habilidad concreta en la que destacas. Si te especializas en diseño gráfico de envases, por ejemplo, los proyectos de tu portafolio deben reflejar ese talento. El objetivo es encontrar siempre formas de llamar la atención. Sé detallado y descriptivo para demostrar lo que tienes para ofrecer.
Al evaluar tu trabajo, los futuros clientes buscan identificar tu especialidad. Tendrás que saber cómo mostrar claramente qué es eso.

Tomemos como ejemplo a Alex Spenser, cuya especialidad es el diseño gráfico de envases. Dentro de ese ámbito, se centra en el diseño de identidad para marcas de estilo de vida y bienestar, lo que queda patente en su portfolio.
Pon tus piezas más relevantes y potentes en primer plano para que los clientes las vean. Al final, todo se reduce a cómo tu especialidad puede serles útil.
4. Un toque personal
Incorporar tu carácter único como diseñador le dará a tu portafolio un toque personal que lo diferenciará del resto.
Utiliza fuentes, colores únicos y diseños que reflejen tu estilo. Tienes un puesto creativo; esta es tu oportunidad para hacer una gran entrada. Kate Moross es una diseñadora gráfica que destaca constantemente su personalidad a través de su trabajo.

Kate Moross utiliza colores consistentes y saturados en sus obras de arte y diseños. La vitalidad de su arte es lo que la hace memorable. Al ver sus plataformas de Instagram y Twitter, verás que su toque personal también está presente, con una combinación de colores coherente.
El trabajo que incluyes en tu portafolio es solo una forma de demostrar tu estilo y habilidades únicas.
Cosas que debes dejar fuera de tu portafolio de diseño gráfico
Para ahorrar tiempo y energía a las personas que revisan tu portafolio, haz que valga la pena. No hagas que un cliente potencial lea un texto largo y confuso. El objetivo no es hacer que se duerman, sino captar su atención de inmediato. Para aumentar las posibilidades de que eso suceda, elimina las cosas que no pertenecen allí: información que puede restarte brillo, trabajo irrelevante y toda la historia de tu vida.
1. No hables de tus debilidades.
Los clientes buscan lo mejor de lo mejor, así que asegúrate de que eso es lo que les ofreces. Destaca las ventajas sobre las desventajas. Los clientes potenciales quieren ver en qué eres bueno, no en qué no destacas.
Solo tus puntos fuertes te permitirán conseguir nuevos negocios; no es necesario llamar la atención sobre tus carencias. Por ejemplo, un cliente que vea esta imagen, en la que un diseñador explica visualmente su dominio de varios lenguajes de programación, percibirá más las debilidades que las fortalezas. Si sabes que tus puntos fuertes incluyen CSS y HTML, muéstralo y nada más.

2. Proyectos irrelevantes
Los proyectos relevantes son actuales, resaltan tu especialidad y están adaptados a lo que busca cada cliente. En otras palabras, si estás solicitando un puesto para diseñar logotipos, no incluyas una gran cantidad de trabajos de diseño de sitios web. Desde el proyecto mejor calificado de tu último año de universidad hasta la obra más reconocida que hayas producido para una marca de renombre, es posible que quieras incluirlo todo. Sálvate a ti mismo y resiste la tentación, porque los clientes no van a tener tiempo para analizarlo, ni les va a importar. En su lugar, presenta proyectos que se ajusten a lo que buscan los clientes y puedan resolver sus problemas.
Si un cliente busca específicamente contratar a un diseñador gráfico freelance especializado en UX/UI, Marco Marino sería la opción ideal según su portfolio. Sus proyectos son relevantes porque solo se centran en dos categorías: branding web y diseño UI/UX.

No llenes tu sitio web con contenido irrelevante y sin sentido. Alguien está revisando tu portafolio para comprender mejor qué habilidades puedes desempeñar. Ser específico es clave, así que tómate un segundo para pensar en lo que es relevante y deja fuera todo lo que no lo sea. Tienes un tiempo limitado para mostrar tu talento. Evita incluir trabajos irrelevantes para causar una buena primera impresión.
3. Toda la historia de tu vida
Describe tu estilo y lo que te inspira, pero nadie quiere leer unas memorias. Sé breve en la sección «Acerca de mí » y deja que tus proyectos hablen por sí mismos.
Tom Parkes muestra un excelente ejemplo de cómo hablar eficazmente sobre uno mismo en su portafolio de diseño gráfico. Nadie necesita preguntarle qué hace y quién es, porque está ahí mismo. Sabrás todo lo que necesitas saber sin información innecesaria. Cuando te desplazas hacia abajo en la página principal de su sitio web, cada misión del proyecto se explica claramente y va al grano.

Mantén tu portafolio impecable.
Ahora que ya sabes lo que necesitas (y lo que no necesitas) incluir para que tu portafolio de diseño gráfico destaque, asegúrate de que siga siendo así. Crea el hábito de actualizar y pulir tu portafolio con regularidad. Hacerlo te ayudará a reflexionar sobre proyectos anteriores, crecer como diseñador gráfico e identificar qué tarifas debes cobrar. Nunca se sabe cuándo puede surgir otro proyecto, así que mantente preparado.
Con una cartera bien definida, probablemente obtendrá más negocios que nunca. Tanto si estás pasando de gestionar un cliente a dos, cinco o diez, nuestra herramienta de gestión de proyectos para autónomos te ayudará a organizarte y trabajar de forma más eficiente.




